Hoy se celebrará en Valladolid una especie de mini acto militar para celebrar el día de las Fuerzas Armadas.
A ese acto irá (si no hay cambios de agenda) el Rey de España con parte de su familia.
En Valladolid estarán esperándoles – así lo han anunciado – una partida de mangantes que dicen llamarse “izquierda comunera”, y piensan montar un numerito para sacar a la luz la bilis y el odio que cimenta su trasnochada y casposa “lucha política”.
La excusa, como siempre, es una cosa que denominan “gastos de defensa”, que engloba cualquier cosa y sirve para justificar los mujidos de estos intelectuales.
De paso le tirarán al Rey y a su familia sacando a la calle los trapitos esos de tres colores con una estrella roja en el centro, iconografía que pone de manifiesto a que clase de basura política pertenecen estos tios y tias.
Que en España queden correligionarios de Stalin o de Mao no es de estrañar, porque en España, desde hace mucho tiempo, no cabe un tonto mas... y en una democracia el derecho a ser idiota es constitucional.
Pero lo que me deja atónito es que cuando un rebaño – generalmente reducido – de adoradores de la caspa, se reune para insultar al Rey de todos los españoles, a la bandera de todos los españoles y al himno de todos los españoles, el hecho no termine con unas cuantas cabezas abiertas y unos pocos brazos y piernas rotas.
Estos grupos de tontos del culo a los que he aludido en innumerables ocasiones, cuyo único programa político es hacerle la puñeta al ciudadano medio y ciscarse en cosas que para sus conciudadanos son sagradas, deberían ser llevados a la pocilga de donde salen a colleja limpia.
Hasta que entiendan que ejercer la democracia y tocar los cojones son cosas distintas.