Hasta no hace mucho tiempo había en el mundo una Alemania que empezaba por las siglas RD.
RD significaba “República Democrática” (Deutsche Demokratische Republik) y era una república socialista maravillosa que, en cuanto se vino abajo el muro de Berlín y se produjo la unificación de las dos alemanias, casi da al traste con la economía (la poderosa economía) de la alemania occidental.
Yo me estoy viendo venir que en un plazo mas o menos corto, vamos a tener que poner “RD” delante de “España”... seremos la RDE.
Pero en nuestro caso, la D no significará “Demokratische”, significará “Deportiva”.
Seremos la República Deportiva de España.
Y seremos eso porque lo único que parecen tener los españoles en común es a Rafa Nadal y a “la roja”, que no es Maria Antonia Iglesias sino la selección nacional de futbol.
Confieso que me produce vergüenza ver que el único lugar en el que se ondean banderas españolas sin pedir perdón, es en los campos de futbol... casi la misma que me produce el “na na na na na” con el que acompañan al himno los que acuden al partido.
No tengo que explicar lo que siento cuando en vez del tarareo se escuchan pitos.
Ya que nuestro himno no tiene letra, se podría guardar un respetuoso silencio al escucharlo, pero el ruidoso español no puede tener la boca cerrada ni debajo del agua... ¡qué le vamos a hacer!.
Probablemente, el mayor éxito de los enemigos de España, entre los que cuento a muchos traidores que han formado parte de su gobierno, sea el haber embutido los sentimientos nacionales en un balón de cuero... así, la bandera de España y la del Real Betis Balompié han quedado a la misma altura.
Y no se equivoquen, a mi me encanta que la selección meta goles...
Pero no es esto, no es esto.
