viernes, 24 de abril de 2020

Resistiré

Cuando Pedro abrazó a Pablo tras ganar unas elecciones con la promesa de que ese abrazo no se produciría jamás, vaticiné que venían tiempos de pobreza y clandestinidad.
No me puedo poner una medalla por ello, no hice un sesudo ejercicio de prospectiva, me limité a plasmar la evidencia. Una evidencia que sólo aquellos empeñados en esconder la cabeza bajo el ala, o los partidarios del mal, esclavos de su odio irracional y su estulticia, podían negar.
La deriva bolivariana de este gobierno de criminales por negligencia es más que palpable.
Cuando esto acabe, la España que conocimos, la del "estado del bienestar" no va a existir.
Vamos a ver miseria a espuertas, y vamos a tener que aplicarnos en ayudar a nuestros familiares a sobrevivir, como hicieron nuestros padres con nosotros en la crisis anterior, aquella en la que nos metió el negacionista de Zapatero, miembro destacado, ¡que casualidad!, del mismo partido infame de ese tipo impresentable que cuando está en el Congreso no tiene ni la educación necesaria para escuchar las críticas que se le hacen... si creyese que tiene la inteligencia suficiente, diría que se dedica a hacer "sudokus" durante las sesiones de control, pero me da que sólo hace garabatos.
En manos de tontos y malos, malos hasta la nausea, hemos visto morir a la generación que les estorbaba, la de nuestros padres y abuelos.
Por su ineficacia, su falta de previsión, su incapacidad para conducir la crisis, su comportamiento delictivo (sic) a la hora de centralizar las compras para adquirir test falsos al triple de su precio, permitiendo que que - como siempre - se forren los amiguetes, las falsas promesas (por no llamarlas mentiras directamente) con las que nos han estado contado que todo estaba bajo control, y por su abyecta sumisión a la peor de las ideologías, hemos visto a nuestros médicos teniendo que renunciar a curar a pacientes que por su edad - sólo por su edad - "no merecía la pena" curar.
En España, sépanlo ustedes, se ha aplicado una eutanasia obligatoria por la incapacidad de Pedro Sánchez y el oportunismo de Pablo Iglesias que, sobre 33.091 muertos a día de hoy, se dedica en cuerpo y alma a tratar de convertirnos en Venezuela sin importarle nada ninguna otra cosa.
¿Estoy mintiendo?
Hasta ahora, sólo Vox ha plantado cara a este gobierno de homicidas imprudentes... y esa es mi principal preocupación.
Porque cuando esto termine con cincuenta o sesenta mil muertos en el mejor de los casos, los poderes absolutos que sistemáticamente se le ha ido concediendo al genocida por incapacidad, habrán servido para poner patas arriba nuestro cuerpo legislativo, no para hacer frente a la pandemia.
Habrán servido para instaurar de facto una censura bolibariana cuyos primeros efectos ya estamos percibiendo.
Habrán servido para avanzar en la balcanización de España... para convertirnos, en definitiva en la república socialista soviética que sus admirados asesinos del Frente Popular intentaron instaurar en los años treinta del pasado siglo.
Y entonces, cuando esto termine, sobre las cenizas de lo que nos están dejando, habrá que coger todos y cada uno de esos decretos leyes que nos colaron por la puerta de atrás y anularlos... de uno en uno y sin saltarse una coma.
Habrá que exigir responsabilidades a los que están intentando conculcar nuestro derecho a la libre expresión de ideas y opiniones, habrá que encarcelar a los que se han lucrado con la estafa de los test falsos... y hará que hacerlo sobre las clamorosas tumbas de nuestros padres y abuelos.
Habrá que hacerlo o resignarnos a desaparecer como Democracia.
¿Hará el PP lo que hizo Mariano cuando accedió al poder?
¿Veremos como quien tendrá - previsiblemente - la responsabilidad de reparar este desaguisado mira hacia otra parte?
¿Harán con esto lo mismo que hicieron con la ley de memoria histórica (por poner un ejemplo)?
Espero que no y deseo equivocarme con el juicio que ahora tengo de ellos...
Y mientras tanto, mientras morimos como chinches sin que se dignen a ponerse una corbata negra o a decretar un respetuoso luto, prepárense para pasar a la clandestinidad.
Visto lo visto es la única opción sensata.
Cuídense mucho porque nos espera una larga y dolorosa lucha.
Y vamos a tener que librarla nosotros.