Con este título llegó a España hace un montón de años una absurda comedia americana protagonizada por Gene Wilder y Richard Pryor en el que un sordo y un ciego tenían que ayudarse mutuamente para demostrar su inocencia ante un asesinato del que eran sospechosos... la comedia planteaba toda clase de situaciones surrealistas derivadas de la ceguera de uno y la sordera de otro.
Hoy la ceguera la manifiestan los golpistas, y la sordera el Gobierno.
Ya me han llegado noticias de la cobertura que los medios de la butifarra dieron a la manifestación de ayer y, lamento ser agorero, coinciden con la caricatura chistosa que de ella hice ayer.
Han llegado, en un alarde de seriedad informativa e independencia profesional a publicar fotos del 2013 y 2015 (de otras manifestaciones y otras concentraciones) en sus artículos sobre la manifestación de ayer.
Los ciegos, esos que sólo ven los medios butifarreros, se habrán ido a la cama con la sensación de que ayer no pasó nada y que la manifestación de falangistas (no me lo invento, así lo han calificado) era una concentración de - como siempre - tres y el cabo.
El sordo - el Gobierno - parece no estar dándose cuenta que hay una enorme cantidad de gente que le está pidiendo a gritos que haga algo contundente.
La verdad es que aunque el cuerpo nos pide lo que nos pide, nos contentaríamos con que se hiciese cumplir la ley, con que no se negocie nada y - ya puestos - con que se empiecen a recuperar competencias y eliminar subvenciones a los medios venenosos.
No sé lo que hará el ciego, pero creo que el sordo ni está ni se le espera.
Un día, cuando contemplemos esto (vaya usted a saber cómo) no nos referiremos a Mariano Rajoy como un ajedrecista, nos referiremos a él como un cobarde.
¿Queda margen para enderezar este asunto?
Si, pero cada vez menos... y la inacción del Gobierno, a estas alturas, solo puede interpretarse (una vez mas) como abandono a los españoles que viven y padecen bajo el yugo nazi de los "indepes".
De aquí saldrá una negociación entre traidores y mas prebendas para Cataluña y sus golpistas.
No dispongo de información privilegiada ni sé lo que pasa por la mente de Mariano (ni yo ni nadie), pero mi nariz me dice que va a ser así.
Y si no al tiempo.