Llevo varios días hablando de la traición de Mariano.
No manejo información secreta o privilegiada, no conozco a "fuentes próximas a Moncloa", no tengo acceso a documentos clasificados... es sólo un fuerte presentimiento.
Y como todo presentimiento, el mío nace de la observación, de la constatación de que "algo no va bien", de que las piezas del rompecabezas no encajan.
Pedro Sanchez, que lleva toda su existencia política centrado en el objetivo de quitar de en medio a Mariano para ponerse él, empieza a apoyar al PP.
El artífice de que en los ayuntamientos mas granados de la piel de toro estén mandando los antisistema, abandona su mantra de "no es no" y abraza el liberalismo pepero públicamente... no me cuadra.
Sale Pedrito a justificarse ante su electorado y ante su partido y dice que ha llegado a un acuerdo con Mariano... y que el acuerdo es - nada mas y nada menos - que la reforma de la Constitución.
Hay que recordar que este ignorante - que ya ha dado muestras de carecer de escrúpulos políticos en varias ocasiones - persigue vendernos "la federación" como modelo "de acomodo" para los separatistas. Es su "solución", la ocurrencia feliz que le permite presentarse ante su electorado como el progresista ingenioso que pretende ser.
Una federación, que yo sepa, se produce cuando estados soberanos e independientes aúnan esfuerzos, comparten recursos y ceden - en beneficio del conjunto - parte de su soberanía. Cuando un Estado soberano se parte en trozos para que las partes tengan mas soberanía de la que les corresponde, no se está produciendo una federación, se está produciendo una secesión.
La federación se basa en el principio de fraternidad, en el deseo de union de las partes... algo que - es evidente - no se produce en las futuras "partes" de la "federación ibérica".
Y si el solamente guapo ha llegado a un acuerdo, será sobre la matraca federal... ¿no?
Mariano, el silente, el holgazán, el que todo lo deja pudrirse, el que con la mayoría absoluta no quiso abrir el melón de las reformas, el que subió al poder - no lo olvidemos - con la promesa de desfacer los entuertos de Zapatero para luego apoyar las políticas del dinamitero de las cejas picudas, cuando mas débil está, cuando su partido está acorralado por la corrupción, cuando menos apoyos tiene... decide abrir un proceso que - como poco - le hará tener que desayunarse unas enormes ruedas (políticas) de molino.
Muy seguro está Mariano de que va a poder embridar a los catalanes sediciosos... ¿ha pactado algo?, porque yo no tengo muy claro que la hidra separatista esté acorralada. Y me baso en la apreciación de que, hasta la fecha, la iniciativa la ha tenido Puigdemont. ¿Estoy mintiendo?
Claro está que la fuerza y la ley están de la parte de Mariano. Ni que decir tiene que si nos ponemos a repartir leña y a llenar las cárceles, se puede llegar a la completa anulación de los separatistas... al fin y al cabo, tampoco son tantos (al 8 de octubre me remito). Pero de nada sirve tener una estaca si no se posee el coraje para dar los estacazos.
Puigdemont y sus alegres provocadores hace semanas que se instalaron en la ilegalidad. Hace semanas que debieran, al materializar sus amenazas, haber recibido su ración de legalidad constituyente... pero Mariano permanece inmutable.
Bien está que se fíe a la fiscalía parte de este despropósito, pero politicamente, por Real Decreto que es como se hacen estas cosas, Mariano y su caterva de aduladores, deberían haber empezado a "hacer visible" la voluntad inequívoca de mantener España unida.
En vez de eso, el Gobierno de España parece estar plenamente dedicado a repartir narcóticos, a pedirnos actos de fe, al "puedo prometer y prometo" que decía el tahúr del Mississippi (Alfonso Guerra dixit)... porque la "tranquilidad" y la "serenidad" tan necesaria a la hora de afrontar las crisis, sólo puede derivarse de la completa certeza de que - llegado el momento - se posee la "voluntad de vencer", la "capacidad de ejecución" y la "libertad de acción"... en el caso de Mariano, parece que faltan la primera y la última.
Así pues, mi conclusión no puede ser otra que se está fraguando una traición.
¿En que consistirá esa traición?... en darles a los separatistas mas poder y mas autonomía.
Y será para nada, porque lo que quieren los secesionistas es separarse y, en tanto en cuanto les resulte imposible, dar pasos para facilitar la separación.
No quieren reconocimiento. No quieren consideración de Nación. No quieren "acomodo" en España.
No quieren nada de eso Don Mariano.
¿Sabe usted lo que quieren?
Privilegios.
Y nunca han querido otra cosa.
Y del lema revolucionario, a estos "republicanos", les sobran al menos dos palabras: igualdad y fraternidad.
Por eso hay que privarles de la primera.