Hace mucho tiempo aprendí que los conflictos no se solucionan, se gestionan.
La única forma que se conoce de solucionar un conflicto es una “buena guerra” en la que ganes por goleada… y aún así tampoco las tienes todas contigo.
Que le pregunten a los franceses por Indochina o a los norteamericanos por Corea o Vietnam...
En los últimos tres mil años de humanidad se ha intentado resolver los conflictos de muchas maneras.
Persia, en su esplendor; trasladaba regiones enteras a otros lugares y repoblaba la tierra vaciada con gente procedente de otra parte.
Eso pasó con Samaria y el conocido como destierro de Babilonia… que los judíos se llevasen tan mal con los Samaritanos tenía una explicación: los habitantes de Samaria eran los repobladores que había puesto Persia tras expulsar de esa región a los judíos (a los que mandó a Babilonia).
No hace tanto tiempo, Stalin intentó resolver el problema ucraniano con un genocidio por hambre primero y mandando a sus hooligans a rematar lo que quedaba después… y durante unos años mantuvo el poder de la extinta URSS sobre esa zona, pero ya estamos viendo que la cosa no quedó del todo atada.
A Polonia la han machacado todos sus vecinos al lo largo de la historia, y ahí la tienen.
Y tras la descolonización prematura de Africa y Oriente Medio, ha quedado bastante claro que el tiralíneas no es la mejor forma de hacer fronteras, aunque fue un método profusamente usado por los europeos que depredaron el Imperio Otomano.
Que yo sepa, el único conflicto realmente resuelto fue el que tenía la humanidad en Isla Mauricio con el Raphus cucullatus (mas conocido por pájaro dodo).
Se resolvió exitosamente con la extinción del animalito.
Y eso es lo que hay.
De modo que lo único que pueden hacer los países que tienen intereses en conflicto es “gestionar” el conflicto… o lanzarse a una guerra que – como todas las guerras – tienen principios sólidos y finales inciertos.
Gestionar un conflicto es básicamente intentar que tu oponente te vea como veían los judíos al filisteo Goliat… con la certeza de que no se deben meter contigo.
Y eso, hoy en día se realiza mediante cosas tales como la voluntad de gestionarlo, la coherencia histórica y la diplomacia.
Para que no se meta contigo tu oponente debe tener claro que cualquier cosa que haga en tu contra puede desembocar en desastre para él.
Debe saber que tienes aliados poderosos, un ejército bien entrenado, bien armado y dispuesto a batirse el cobre, un pueblo con la férrea voluntad de no ceder ante las pretensiones del enemigo, un gobierno fuerte y capaz de tomar decisiones… en fin, lo que viene siendo normal en la humanidad durante los últimos tres mil años.
Y hoy en día en España, salvo que tenemos un ejército dispuesto a batirse el cobre, lo demás no existe.
El PSOE, con Zapatero, ya se encargó en su momento de dejarle claro a los EEUU que no eran bien recibidos en España, aceleró el desarme de un ejército (cuyo material ya es obsoleto) mediante la reducción drástica de la inversión, abrió la caja de Pandora de la división entre los españoles y se dedicó a alinearse diplomáticamente con los enemigos del primer mundo.
Mariano Rajoy, preocupado por salvar la economía, descuidó la necesidad de enderezar las ramas que el PSOE había empezado a torcer… y con el guapito del Falcon y su alianza con todos los enemigos de España que en el mundo han sido, se ha desembocado en la “actual crisis” migratoria.
A Marruecos no le ha hecho falta gestionar nada… ya lo hemos hecho nosotros voluntariamente.
El pié que necesitaba tener EEUU en el Mediterráneo se lo ha dado Marruecos a cambio del reconocimiento de que el Sahara es marroquí (y la promesa de reconocer al Estado de Israel) quitándonos – con la inestimable ayuda de nuestros tres últimos gobiernos – la mejor alianza que teníamos.
De modo que cuando los tontos de baba que llevan a las tertulias a defender lo indefendible afirman que Marruecos monta los líos cuando quiere, independientemente de lo que haga España, están – como siempre – mintiendo con toda la boca.
Marruecos no hace lo que quiere, hace lo que puede hacer.
Y con este gobierno y este pueblo de semovientes, lo tiene muy fácil.
Mañana sigo...