La prospectiva es la ciencia que se usa para aventurar el futuro (si tal cosa es posible).
Mediante un sesudo análisis del pasado y el presente se aventura de que modo pueden ir evolucionando las cosas en un futuro mas o menos lejano.
Cuando se le añade el apellido "estratégica", se incluye un componente de voluntad.
Pasamos de "¿Cómo va a ser el futuro?" a "¿Qué tengo que hacer para que se produzca este futuro en concreto?.
En una de las fases de los estudios prospectivos se definen escenarios futuros... de entre ellos surgen algunos que probablemente no se materializarán nunca, otros que es difícil que se materialicen y otros que tienen altas probabilidades de materializarse.
En cualquier caso, para cada uno de esos futuros posibles, se definen los hitos que conducen a ellos.
Esas variables que pueden o no cumplirse, son las bifurcaciones del camino que nos conducen al escenario.
Para explicarlo de una forma simplona (y probablemente poco afortunada) supongamos la siguiente cadena de acontecimientos...
A usted le despiden de su trabajo porque la empresa reduce plantilla.
Al día siguiente empieza a buscar trabajo.
Encuentra un trabajo peor remunerado pero que le permite vivir y que tiene, además, posibilidades de promoción para usted.
Solicita el empleo.
Se lo dan.
Trabaja como un león durante dos años y consigue que le asciendan.
En este nuevo escenario usted está mejor pagado que en el trabajo del que le despidieron, tiene mas consideración laboral y dispone de mas tiempo libre.
Si a usted no le hubiesen despedido del trabajo inicial, ahora no estaría en este "escenario".
El que conserve o no el trabajo, se convierte así en una de esas "bifurcaciónes" que reconduce su vida y lo lleva al escenario actual o no.
En toda evolución hay factores que no controlamos, pero hay variables sobre las que podemos actuar con nuestra voluntad.
Ultimamente, cuando intento hacer análisis de escenarios, me deprimo en sobremanera.
Los escenarios mas probables son malos... y de entre ellos, hay algunos pésimos.
La situación, hito a hito, se va deteriorando para conducirnos a un futuro que sólo puede gustar a esa parte de la población que considera que usted y yo estamos de más.
Y lo peor es que tengo el convencimiento de que esta película no se ha montado por azar.
Creo que ellos han hecho sus deberes.
Saben de prospectiva y tienen la voluntad para ir, hito a hito, alcanzando el futuro deseable.
Y, para nuestra desgracia, lo hacen muy bien.
Están organizados, lo tienen claro, y no pierden de vista el objetivo estratégico.
Y si les dejamos, nos llevarán a ese futuro.
¿Saben porqué?
Porque tienen voluntad.
Una voluntad férrea, persistente, inasequible al desaliento... y por eso vencerán.
Pedro Sanchez tenía la voluntad firme de llegar a Presidente del Gobierno... y ahí está.
Ha vulnerado de forma miserable todos los preceptos democráticos que en el mundo han sido.
Se ha aliado con los enemigos de España, con los traidores los golpistas, los terroristas, la chusma peor encarada de la sociedad... pero es Presidente del Gobierno.
Misión cumplida.
Hito conseguido.
Ahora, tiene la voluntad firme de no apearse del caballo, y ahí está.
Le ha dado los "mass media" a Podemos, permanece impertérrito ante los escándalos aunque le afecten personalmente, amenaza, insulta, intenta torcerle el brazo a la ley, se quiere saltar al Senado para aprobar los presupuestos, intenta colar una reforma express de la constitución para - posteriormente - usar ese camino cuando le dé la gana... hace trampas hasta jugando un solitario... pero ahí está.
¿Dimitirá?... por supuesto que no.
¿Conseguirá la opinión pública hacerle caer?... ni en broma.
¿Lo harán las urnas?... sólo si no encuentra el modo de manipularlas.
¿Le importa algo lo que piensen los españoles?... no.
Se llama prospectiva estratégica.
Como decía Burke: "Para que el mal triunfe, sólo se necesita que los hombres buenos no hagan nada".
¿Te has enterado ya, Mariano?