Pedro el guapo ha cedido “prestados” cuatro senadores a los independentistas para que puedan formar “grupo”.
No me entra en la cabeza que un senador se pueda “ceder” como el que presta una corbata a un colega para que asista a una fiesta, pero si el préstamo es – además - para obtener una representatividad política que el pueblo soberano a negado a los prestatarios, lo entiendo todavía menos.
¿Los señores que votaron a esos senadores del PSOE sabían que estaban dándole su voto a la Esquerra o a Convergencia?
Yo creo que no.
De modo que cuando Pedrito el bello hace tamaña fechoría, lo que está haciendo – básicamente – es pasarse la voluntad popular por forro de sus ambiciones.
Y el problema está en eso.
Nuestra clase política va a su bola y administra los votos obtenidos como si fuese su propio patrimonio.
Lo hizo Rajoy el silente cuando dilapidó su mayoría absoluta, y lo hace Pedro el inconsistente cuando administra el peor resultado electoral que el PSOE ha tenido nunca.
No todos nuestros políticas son iguales, unos son incontestablemente peores que otros, pero – en general – lo que hay es para echarse a llorar.
En España la voluntad popular – por mor del “sistema” y la calidad del personal - es un hecho al margen de la política.