La estadística es la ciencia que sirve para justificar cualquier estupidez.
Si el dieciocho por ciento de los accidentes de tráfico los generan personas con mas alcohol en sangre de lo reglamentario, a lo mejor hay que empezar a tomar medidas contra los abstemios que, según esta estadística, son los que provocan el ochenta y dos por ciento restante... ¿no?
Este ejemplo y el del pollo (si tu te comes un pollo y yo ninguno, estadísticamente hablando, nos hemos comido medio pollo cada uno), siendo malintencionados chascarrillos no dejan de reflejar esa realidad de que – con frecuencia – los árboles impiden ver el bosque.
Yo también tengo mis árboles y mi propia visión del bosque, pero me asombran las conclusiones que se extraen de las estadísticas, y me llama poderosamente la atención como el ser humano (único animal experto en excusase) es capaz de aferrarse a cualquier chorrada para salir del paso.
El panorama político al que nos enfrentamos se debe – al menos – a una combinación de causas entre las que yo incluiría las siguientes:
1.- Una situación económica adversa producto de... lo que sea. El español medio ha pasado de endeudarse alegremente para ir al Rocío o de vacaciones a Cancún, a no llegar a fin de mes para poder pagar la hipoteca y la cesta de la compra que – dicho sea de paso – se ha triplicado en pocos años.
2.- La naturaleza envidiosa y miserable del español medio.
3.- El hecho fácilmente constatable de que la clase política nacida de la “Transición” - que debería haber sido ejemplar en todos los aspectos – ha derivado en un grupo social desprestigiado por su falta de cualificación y por la ausencia de control - como poco - sobre el personal implicado en sus numerosos casos de corrupción.
4.- La aparición de un grupo de personas perfectamente preparadas para canalizar el odio, la envidia y la frustración de los ciudadanos hacia un proyecto político que sólo beneficia a quienes lo dirigen.
5.- La endémica falta de cultura que arrastramos desde que se decidió aceptar como buenos los modelos educativos “modernos” que – a cual peor – han ido degradando intelectualmente a nuestra sociedad hasta el extremo de poder afirmar que un estudiante de bachillerato de los años sesenta, atesoraba una cualificación intelectual muy superior a la de muchos licenciados universitarios del siglo XXI. (Incluyendo la capacidad de escribir sin faltas de ortografía), y
6.- La constatación – sobre todo por parte de su electorado - de que el PP de Mariano Rajoy Brey ha materializado la tercera legislatura de Zapatero.
La subida de Podemos al poder a través de sus marcas “blancas” se ha producido por la movilización del voto “joven” (ese que no tiene trabajo, futuro o algo que perder... y no tiene ni idea de lo que está haciendo), la desaparición de Izquierda Unida y el millón largo de votos que ha perdido el PSOE por la su izquierda... también, aunque creo que en menor medida, ha habido algunos ilusos (por no llamarlos tontos de baba) que se han tragado lo de que estos stalinistas de todo a cien van a mejorar el país.
Ciudadanos ha demolido lo poco que quedaba de UPyD y se ha llevado una parte de los votos de los ilusos (otra vez) que creían que estaban votando a un partido de centro-derecha sin “corrupción” en sus filas.
De no haber existido Ciudadanos, ese voto se hubiese quedado una parte en casa, otra parte en UPyD y una tercera parte habría ido al PP en forma de voto “útil”... ahora que Ciudadanos va a dar su apoyo al PSOE en todas partes, los “engañaos” van a descubrir (por fin) que Ciudadanos tiene mucho mas de PSOE que de UCD, que es algo que a poco que se estuviese atento a las declaraciones de sus dirigentes, se podía deducir a la primera.
VOX, por su parte se ha llevado una minúscula parte del voto del PP. En Madrid han sacado cerca de nueve mil votos, irrelevante salvo por el hecho de que a Esperanza Aguirre le han faltado siete mil para conseguir un concejal más... (que no hace granero pero ayuda al compañero). En general el votante del PP ha visto en VOX un proyecto poco viable.
De modo que una vez más, el que se queda en casa es el que determina en España quien va a gobernar.
Así que esta vez gobernará la izquierda porque el votante del PP se ha quedado en casa.
El derrotado PP mira ahora a los absentistas y les culpa de su fracaso... ¡Alguien tiene que ser el responsable!.
Y aquí es donde está la clave de lo que está pasando.
El votante tiene su responsabilidad en la medida en que con sus votos se configuran las estructuras de gobierno... pero al votante no se le puede pedir que apoye políticas abyectas en manos de políticos abyectos por “el bien de España”, porque si el votante hace caso a esta falacia, el “bien de España” no va a llegar nunca, ya que el político abyecto seguirá haciendo políticas abyectas con el apoyo del que se ve abocado a elegir entre comer basura o directamente heces, sin que nada que se parezca a un plato de comida se vea en el horizonte.
Al PP le ha castigado su votante. A Podemos le ha premiado la izquierda.
Con un poco de suerte, si el PP deja de buscar responsables fuera de sus propias filas y se pone las pilas, el votante del PP volverá a votarlo... o no (como dice Mariano).