A un amigo militar que estuvo en Nicaragua en los 90 – durante el desarme de la guerrilla – lo desplegaron en una zona bastante deprimida de ese precioso país.
Contaba a su regreso que una cosa que le sorprendió mucho, es que los nativos clasificaban a los militares que estaban en esa Misión de Paz en dos grandes grupos: los yankees que “se entendían” y los yankees que “no se entendían”.
Ni que decir tiene que los yankees que “se entendían” éramos los españoles, y los que “no se entendían” eran los americanos, canadienses o cualquier otro que hablase una lengua distinta a la española.
El término yankee lo usaban para referirse a los países en los que cuando coges un autobús te ves obligado a pagar un billete… en ese sentido – que duda cabe – nosotros representábamos a un país yankee.
Y sucede que en los países yankees, cuando un policía te pide que te identifiques, lo correcto es sacar el carnet de identidad, conducir o cualquier otro documento similar y mostrárselo o, en su defecto, alegar que te has dejado la cartera en casa o que te la ha quitado un carterista… lo que no se hace en un país yankee es forcejear con el policía y arrojarlo a las vías del metro.
Esto es lo que ha hecho ayer un subsahariano en Madrid con un policía nacional de 28 años.
Es cierto que el muchacho, aferrado al policía, ha caído también a las vías, pero el policía a muerto y el inmigrante no.
A mi me da mucha pena que un Mauritano o cualquier otro habitante del Sahel, tenga que hacer ocho mil kilómetros y cruzar un estrecho en condiciones penosas para ganarse la vida... pero en este caso, que quieren que les diga, el que me da verdadera pena es el policía de veintiocho años (un chaval) que estaba cumpliendo con su deber y ha resultado muerto por acción del energúmeno que se negó a identificarse.
Probablemente el subsahariano no dispondría de documentos para ello, pero el miedo a la deportación, en un país yankee, no justifica el homicidio.
Pues bien, los tocapelotas de "Podemos", haciendo gala de su falta de cerebro y su exceso de mala leche, se han descolgado con un twitt en el que hablan de un “efecto de la represión policial", porque esa canallada de poner en duda que la policía – normalmente – actúa en defensa de la sociedad, es muy de nuestra izquierda.
Cuando se produce un episodio en el que se ve involucrado un policía, el rojerío otorga el beneficio de la duda siempre al delincuente.
Para hablar de “represión policial” en España hay que ser idiota, lo siguiente a idiota o lo siguiente a lo que sigue a idiota.
Represión policial – lo que se dice represión policial – es lo que hacen en Venezuela o en Cuba que (curiosamente) no son países yankees… en España no hay represión policial, y el que diga lo contrario o miente con toda la boca o es un tonto del culo del tipo “Willy Toledo” estándar.
Estadísticamente hablando, el numero de policías malos es ridículamente pequeño en comparación con los policías que tratan a diario de cumplir – simplemente – con su deber… de hacer un trabajo por el que perciben un sueldo, en mi opinión, bastante bajo.
Por la misma estadística el numero de delincuentes buenos (si es que eso existe) es asombrosamente pequeño en comparación con el de los delincuentes que – ejerciendo de tales – se comportan como auténticos hijos de la gran chingada.
Puede darse el caso que un delincuente “bueno” se tropiece con un policía “malo”, pero la probabilidad es pequeña, y no tanto por la maldad del policía sino por la bondad del delincuente.
En España, incluso los cuerpos policiales con más escándalos (los mossos por ejemplo), en general, cumplen con su obligación.
Ha faltado tiempo para que la zarrapastra ponga en duda, como siempre, que el policía estuviese cumpliendo estrictamente con su obligación… algo así como si el policía se hubiese “merecido” su propia muerte por actuar “represivamente” contra el “angélico inmigrante” que lo arrojó a las vías del tren.
Afortunadamente para todos estos idiotas, lo siguiente a idiotas o lo siguiente a lo que sigue a idiotas, lo que tenemos en España es una policía ejemplar que actúa en el marco de algo que se parece bastante a un Estado de Derecho.
Y la prueba de ello es que esta caterva de indigentes intelectuales puede twittear estupideces, sin temor a que un policía – u otro ciudadano – se persone en su domicilio a partirle la crisma.
Son las ventajas de vivir en un país yankee… que es ese modelo de país del que quieren retirarnos los cabrones que twittean estas sandeces.
Desde esta bitácora mando mi más sentido pésame a la familia del policía... y a la masa de idiotas, lo siguiente a idiotas o lo siguiente a lo que sigue a idiotas, que les vayan dando por la retambufa.