Conmigo los fabricantes de Cava hacen poco negocio.
La verdad es que no tengo costumbre de tomarlo ni en Navidad... mas que nada porque los "vinos espumosos" me sientan como un tiro, pero – al margen de mis inclinaciones gastronómicas – no me puedo resistir a comentar lo que ha pasado este año con la campaña navideña de Freixenet.
Freixenet, como todos ustedes saben, saca todos los años en su tradicional anuncio navideño a un montón de bailarinas (de aspecto más que saludable), vestidas con lentejuelas doradas (en alusión a las burbujas del cava), acompañando a algún personaje famoso que es, a la postre, quien emite el mensaje publicitario.
Este año– fecha del centenario de la fundación de la empresa - han elegido a David Bisbal y a María Valverde, cantante uno y actriz la otra… y el mensaje ha sido “Por los próximos cien años juntos”.
Este mensaje, fríamente analizado, significa que Freixenet desea que sus clientes permanezcan fieles a su marca un siglo más… “sigamos juntos (ustedes y el cava que elaboro) cien años mas”.
Nada que objetar.
Es un mensaje adecuado al evento, correcto en las formas e incluso acertado desde el punto de vista publicitario. ¿No les parece?
Sin embargo, un mensaje tan inocente, ha provocado la ira de los separatistas.
Una diputada de CiU ha llegado a declarar públicamente que Freixenet perdería dos millones de “potenciales clientes” por culpa de este anuncio.
Para esta caterva de paletos, el mensaje es apología de la unidad de España… y eso es - en su mecanismo intelectual - inadmisible.
Como además el director de Freixenet ya ha manifestado en alguna ocasión que no le gustan las aventuras secesionistas, y se muestra - según dicen - tímido ante el entusiasmo de la payesía oficial, están anunciando boicots a Freixenet.
Y eso es bueno, sobre todo para Freixenet, que por mor de estos ceporros va a pasar a ser el Cava catalán que compren todos los españoles que quieran fastidiar a los separatistas (y son muchos, créame).
Los nacionalistas del terruño son, según mi experiencia, gente de inteligencia limitada.
Tanto es así, que aprovechando esta evidencia, las cuarenta familias que parten el bacalao en Cataluña, se han dedicado a manipularlos en beneficio propio, alentando distracciones ideológicas para poder robar a gusto.
Como trileros de feria, han usado el separatismo para que – al final - el incauto votante no sepa donde ha ido a parar la bolita… enriqueciéndose de forma vergonzosa con la aquiescencia de los gobiernos de turno.
Sin embargo, este ejercicio de aventar odios fronterizos, tiene para la sociedad un efecto negativo enorme porque, como los malos ladrones, tras perpetrar el robo han dejado la casa patas arriba.
Y para muestra este botón, porque hace un par de años un anuncio como el que nos ocupa, habría pasado desapercibido.
¿O ésto va también de encontrar la bolita?