De un tiempo a esta aparte procuro no escuchar las noticias ni atender a las tertulias... es por mi propia salud, dado que me pongo enfermo.
A veces la dolencia me sobreviene cuando escucho a dos tertulianos hablar de una cosa y la contraria aludiendo a los mismos "marcadores"... la lógica en la que fui educado (el modus ponendo ponens, tollendo ponens, ponendo tollens y tollendo tollens) me hacen muy cuesta arriba creer que vamos bien y a la vez vamos mal en esto de la economía.
En otras ocasiones convulsiono cuando un tertuliano engola la voz y dice una estupidez del tamaño de la catedral de Burgos o una mentira de la profundidad de las Marianas... y se queda tan fresco.
Ayer, en una tertulia a la accedí mediante el inconsciente "zapping" mientras trataba de encontrar algún programa que se dejase ver, una tertuliana próxima a las tesis del PP (sino del PP mismo), se mostraba quejosa de que los funcionarios se hubiesen echado a la calle a protestar porque una cosa que les concedió un gallego a los trabajadores españoles en el año 1.944, se lo quitaba otro gallego (mucho mas demócrata, mire usted por donde) en base a no se muy bien qué necesidad de saldar una deuda en la que nos habían metido (entre otras) ocho años de gobierno de chorizos y sinvergüenzas.
La susodicha aludía a la falta de generosidad de los manifestantes que - por lo visto - debían ceder gustosamente su sueldo para que muchos pobrecitos españoles inactivos pudiesen comer.
El tema me dejó entre patidifuso, boquiabierto y ojiplátido... porque esa interpretación de los hechos sólo se justifica cuando el tertuliano alcanza el delirium tremens o la dosis de ácido lisérgico roza el límite de lo fisiológicamente admisible.
Los funcionarios, señora tertuliana, no están cabreados porque les haya dado un ataque agudo de egoísmo, los funcionarios están que bufan porque se les mete mano al bolsillo sin - previamente - poner a currar a 65.000 liberados sindicales, despedir a 40.000 "cargos de confianza", poner a buscar empleo a 138.000 "amiguetes" colocados en "consejos de administración" y otros puestos "de libre elección" en empresas dependientes en parte del Estado, quitar de en medio las subvenciones millonarias a las muy (pero que muy) deficitarias televisiones autonómicas, poner a los artistas a buscar sus propios mecenas y a la industria del cine a comportarse como una industria, disolver los diecisiete pozos de corrupción autonómicos o dejarlos, al menos, reducidos a una cosa simbólica, meter en cintura a todos esos alcaldes, concejales y asesores de concejales que cobran como si fuesen altos ejecutivos de Price Waterhouse Coopers, etc, etc, etc.
Los funcionarios se quejas de que entre PP y PSOE han creado una línea de "funcionariado" paralelo que les ha permitido hartarse de robar, malgastar y tomarnos el pelo... alrededor de 450.000 "trabajadores públicos" que no han necesitado otra cosa que tener un amigo para obtener un empleo "estable" a cargo del "contribuyente".
De eso, señora tertuliana es de lo que se quejan los funcionarios, no de tener que apretarse el cinturón... porque de apretarse el cinturón, señora tertuliana, los funcionarios sabemos mucho.
Y si la ausencia de vergüenza les impide a ustedes atender a las peticiones de los funcionarios, atiendan a eso que llaman ustedes PYMES que son los que - al fin y al cabo - nos dan de comer a todos.