Se ha consumado.
Esta trajicomedia dirigida a tontos, incautos y tertulianos rojetes, ha llegado a su tercer acto.
Desde que empezó esta historia sostuve que Bildu (o como fuese que se llamase ahora Batasuna) podría presentarse a las elecciones como fruto de las cesiones políticas que este gobierno de traidores está haciendo a las alimañas.
Estaba cantado... harían el teatrito y, al final, los obedientes sicarios de ZP, sus mamporreros en el Constitucional, permitirían que ETA, nuevamente, sobreviviese gracias al erario público.
Esto no es ley, es traición.
Y los traidores tienen nombres y apellidos.
Y espero que la débil memoria de los españoles permita, el día de mañana, cobrar esta deuda de treinta monedas de plata que los mercenarios judiciales del PSOE acaban de adquirir con los españoles decentes.
Esa, y la deuda sobre la sangre que derrame ETA a partir de ahora gracias, entre otras cosas, a la ayuda que le han prestado los los jueces (por llamarlos algo) del PSOE.