Se está fraguando una huelga a la que va a ir su padre.
Esto es, básicamente, porque con estos pollos no se puede ir ni a recoger una herencia.
Las noticias que van llegando con cuentagotas como consecuencia del anuncio de Esperanza Aguirre, ponen de manifiesto que en España vivimos una situación – cuando menos – anómala.
A estas alturas no sabemos cuantos liberados sindicales hay pese a que la fashionaria afirma que esos datos son públicos… los propios sindicatos se resisten como gato panza arriba a soltar la cifra de marras porque, o no lo saben, o es escandalosa.
La campaña de los videos del “chiquilicuatre” es zafia, ofensiva, machista, sectaria y – como no podía ser de otra forma - mentirosa.
Para colmo de cinismo, los carteles que han pegado por la calle muestran a un boxeador en actitud defensiva y el lema dice algo así como “nuestros derechos frente a sus privilegios”… y yo me pregunto ¿hay algo en estos sindicatos que no sea privilegio?.
Viven de nuestros impuestos porque no pueden hacerlo de las cuotas de ese ridículo numero de afiliados que tienen.
Hacen de patrulla de la bencina del PSOE para montarle numeritos a las Comunidades Autónomas donde – gracias a Dios – no gobiernan los insaciables sociatas… a cambio perciben subvenciones y se hace la vista gorda con los muchos chanchullos en forma de cursos que no se llevan a cabo, áticos subvencionados, etc, etc, etc… defendiendo los “derechos” de “sus” afiliados con “nuestro” dinero.
Por alguna extraña razón se les llama agentes sociales, cuando Florentino Pérez (por poner un ejemplo) representa – socialmente hablando – mucho más que todos ellos juntos.
Tal y como están las cosas, estos sindicatos, simplemente sobran.
Y más tarde o más temprano habrá que mandarlos a freír puñetas… previa reforma de ese bodriete de Constitución que disfrutamos.
Cuando eso suceda, cuando los sindicatos se vean obligados a ganarse el pan con las cuotas de sus afiliados y – por lo tanto – se pongan a hacer de sindicato, a lo mejor, sólo a lo mejor, el que suscribe se apuntará a uno.
Esto es, básicamente, porque con estos pollos no se puede ir ni a recoger una herencia.
Las noticias que van llegando con cuentagotas como consecuencia del anuncio de Esperanza Aguirre, ponen de manifiesto que en España vivimos una situación – cuando menos – anómala.
A estas alturas no sabemos cuantos liberados sindicales hay pese a que la fashionaria afirma que esos datos son públicos… los propios sindicatos se resisten como gato panza arriba a soltar la cifra de marras porque, o no lo saben, o es escandalosa.
La campaña de los videos del “chiquilicuatre” es zafia, ofensiva, machista, sectaria y – como no podía ser de otra forma - mentirosa.
Para colmo de cinismo, los carteles que han pegado por la calle muestran a un boxeador en actitud defensiva y el lema dice algo así como “nuestros derechos frente a sus privilegios”… y yo me pregunto ¿hay algo en estos sindicatos que no sea privilegio?.
Viven de nuestros impuestos porque no pueden hacerlo de las cuotas de ese ridículo numero de afiliados que tienen.
Hacen de patrulla de la bencina del PSOE para montarle numeritos a las Comunidades Autónomas donde – gracias a Dios – no gobiernan los insaciables sociatas… a cambio perciben subvenciones y se hace la vista gorda con los muchos chanchullos en forma de cursos que no se llevan a cabo, áticos subvencionados, etc, etc, etc… defendiendo los “derechos” de “sus” afiliados con “nuestro” dinero.
Por alguna extraña razón se les llama agentes sociales, cuando Florentino Pérez (por poner un ejemplo) representa – socialmente hablando – mucho más que todos ellos juntos.
Tal y como están las cosas, estos sindicatos, simplemente sobran.
Y más tarde o más temprano habrá que mandarlos a freír puñetas… previa reforma de ese bodriete de Constitución que disfrutamos.
Cuando eso suceda, cuando los sindicatos se vean obligados a ganarse el pan con las cuotas de sus afiliados y – por lo tanto – se pongan a hacer de sindicato, a lo mejor, sólo a lo mejor, el que suscribe se apuntará a uno.