No hace tanto tiempo, escribía en este mismo blog una divagación dedicada a los discursos predominantes en la política española.
Tradicionalmente, la izquierda se ha decantado por el discurso "del odio" y la derecha por el "del miedo".
La última campaña del PP a nivel nacional se podía resumir en la frase: "O me votais a mi o será Pablo Iglesias el que mande en España"... posiblemente ha sido la campaña electoral donde este discurso recolector de "voto util" ha sido mas palpable.
Yo así lo he visto.
Paradójicamente, tras recaudaudar todo el "voto útil" de la derecha, el PP ha conseguido que - en efecto - sea Pablo Iglesias el que controle la política en España... lo que demuestra - en mi opinión - la futilidad del voto utilitario.
Porque el fenómeno del "voto útil", que no es otra cosa que un voto cautivo, a regañadientes, contemplado por el votante como el menor de los males, proporciona al político que lo recoge la inmunidad necesaria para hacer de su capa un sayo y pasarse por el arco del triunfo las promesas electorales.
La creencia de que hagas lo que hagas no va a afectar a tu resultado electoral, es lo que ha llevado al PP a la crisis en la que anda sumido.
¿Cuando se acaba el voto útil?... cuando aparece una formación política que se lo lleva crudo.
Tal ha pasado con Vox.
El votante del PP que - huerfano de otras opciones de voto - no tenía mas remedio que elegir entre las habas o la abstención, ejercía ese voto apático inmerso en el discurso del miedo al lobo Podemita y con el convencimiento de que votar a Vox era "tirar la papeleta".
Algo parecido le ha pasado al PSOE con Ciudadanos.
Aún pudiendo elegir entre diversos tonos de rojo, el votante de izquierdas que no compartía el sectarismo zapateril (o esta versión corregida y aumentada que representa el sanchismo), el único voto que le podía acomodar era el de Ciudadanos que, al fin y al cabo, siempre ha presentado unos programas que muy bien pudiera haber defendido el Felipe González de los primeros años de la Transición.
Ciudadanos ha ido tomando voto prestado del bipartidismo.
Por un lado el voto "moderado" de los desafectos del PSOE y por otro el voto "descontento" del PP que vió en la formación de Rivera un partido capaz de afrontar el reto del separatismo en Cataluña con mas eficacia que el sesteante Mariano... y a los cuatro diputados del PP en Cataluña me remito.
Sin embargo, con la entrada de Vox como un elefante en una cacharrería, el panorama político ha cambiado en España de una forma muy singular...
Hay que establecer que el voto de "derechas" que se ha ido a Vox en Andalucía no era voto que hubiese ido al PP de no haber existido Vox... los ex-votantes del PP que han optado por Vox lo han hecho sabiendo que estaban "tirando el voto".
Ha sido un "voto de conciencia", un no tragar más con el "voto útil", un votar a alguien que me represente aunque mi voto no vaya a ninguna parte, un votar por no quedarse en casa... porque no olvidemos que todas las encuestas que en el mundo hubieron, auguraban que Vox, tras las elecciones, iba a obtener un numero irrelevante de escaños.
De hecho, en la campaña electoral, ni estaba ni se le esperaba... la única conclusión posible es que aquellos que - contra viento y marea - votáron a Vox en Andalucía, lo hicieron para no votar al PP.
Los doce escaños andaluces han supuesto un temblor de grado 7 en la escala política de Richter... y han reconfigurado el terreno de juego hasta un punto que no nos hacemos idea.
Por lo pronto el PP se ha quedado sin voto cautivo... despertado abruptamente de su larga siesta, el PP tiene que recuperar "los valores" que el Sorayismo dejó por el camino, y los votos de su caladero tradicional si aspira (como parece) a ser lo que fué con Aznar.
Ciudadanos, en mi opinión y por lo que veo con sus últimos movimientos, se ha lanzado de cabeza a recoger los restos de naufragio del PSOE... porque el PSOE, con el marido de Begoña a la cabeza, tiene ya mas vías de agua que el Titanic, y como el consorte de Gómez sigue en su empeño de mantenerse en el poder sobre lo mas granado de los enemigos de España, las vías van a ir haciéndose mas grandes... no lo duden.
Y lo mas llamativo de todo es que el discurso del miedo ha cambiado de bando.
Ahora "el coco" no es Podemos, es Vox... y el votante a atemorizar es el de izquierdas, no el de derechas.
Si "el voto util" de la izquierda lo recauda Ciudadanos, podemos tener a Rivera por delante de Casado en las proximas elecciones... esta estrategia podría explicar la repentina alergia que les ha sobrevenido a los naranjas cuando de Vox se habla.
Ahora que votar a Vox no es "tirar el voto"... ¿Que va a pasar?
Pronto lo sabremos.
Y o mucho me equivoco, o nos vamos a llevar una sorpresa...
Nada que ver con las encuestas.