sábado, 4 de octubre de 2014

Una anécdota jocosa

Leo en "Mediterraneo digital" la noticia de que un ex-legionario de 60 años se enfrentó el viernes a la chusma independentista que invadía la plaza Cataluña.
La noticia completa se puede leer (siempre que le dejen los cuarenta mil anuncios que salen) en este enlace:

http://www.mediterraneodigital.com/sociedad-y-tiempo-libre/ultimas-noticias-sociedad-y-tiempo-libre/un-exlegionario-de-60-anos-se-enfrenta-solo-a-los-independentistas-acampados-en-plaza-catalunya.html

El hecho es que un transeunte que portaba un polo con los colores de la enseña nacional fue abordado por tres niñatos de "estética independentista" que pretendían quitárselo por aquello de la "provocación" que suponía que el anciano vistiese semejante prenda... 
Lo cierto es que el primero que intentó hacerlo se llevó una guantada descomunal que hizo que los otros dos - inmediatamente - desistiesen de sus intenciones.
Con los chulos de barraca sucede (y en mi Cataluña natal más) que cuando les plantas cara se vienen abajo.
La chusma maloliente que quiso asustar al anciano está acostumbrada a que nadie les plante cara... a que - amparados en la apestosa masa - sus acciones queden impunes... pero cuando se llevan un manotazo, la cosa varía.
Hasta ahora, amparados por el nazismo reinante en Cataluña, han campado a sus anchas en la inteligencia de que nada ni nadie podía llevarles la contraria. Imagino la sorpresa de esta colección de cromañones del régimen cuando un  hombre - al que no le importa que le rompan la crisma - los puso en su sitio de un guantazo.
Yo los conozco. Los he visto siempre. Tiran la piedra y esconden la mano... es lo que saben hacer.
Y cuando el fraccionamiento de la sociedad catalana ponga a la masa silente en la tesitura de tener que ponerse a abrir separatistas cabezas, los veremos correr como conejos.
De eso estoy seguro... son muy blanditos.