Hoy he recibido con pesadumbre la noticia de que un grupo de homínidos ha profanado la capilla de la Universidad Complutense en ese afán - irresistible para la progresía - de tocarle los cojones (sic) a los que - gracias a Dios - no pensamos ni vivimos como ellos.
Hoy sólo quiero transmitir un mensaje a esos invertebrados.
Señores homínidos, sigan ustedes tirando de la cuerda. La cuerda es larga y dá mucho de sí, pero les advierto... lo que hay al otro extremo no les va a gustar.
Luego no digan que nadie les avisó.
Hoy sólo quiero transmitir un mensaje a esos invertebrados.
Señores homínidos, sigan ustedes tirando de la cuerda. La cuerda es larga y dá mucho de sí, pero les advierto... lo que hay al otro extremo no les va a gustar.
Luego no digan que nadie les avisó.