Habló el oraculo y – como tal – lo hizo de forma que no quedase muy claro lo que decía.
Los oráculos tienen eso, que al igual que pasa con las vísceras de los animales sacrificados, es preciso interpretarlos.
Afortunadamente, en España, tenemos interpretes a puñados... pero todos dicen lo mismo, de donde se deduce que mas que interpretación de oráculo, lo que tenemos aquí son disciplinadas repeticiones de consignas.
El oráculo, esta vez, se llama Felipe y ha dicho lo que ha dicho.
A mi no me ha hecho falta intérprete para entenderle... de hecho, lo que ha confirmado yo ya me lo maliciaba desde hace tiempo, pero al escuchar a los tertulianos decir que González no ha dicho lo que ha dicho, sino que lo que ha querido decir es lo que no ha dicho... yo que quieren que les diga, me parto la caja. Porque los esfuerzos retóricos a los que se ven abocados nuestros tertulianos de izquierdas por defender a esta chusmaza son – cuando menos – curiosos.
Mister X no entró en la cárcel porque en este país la justicia, simplemente, no existe.
Despejada la incógnita ¿A que espera la Fiscalía?
