martes, 18 de mayo de 2010

Se espesa la niebla


Cualquiera que tenga un poco de sentido común sabe que para navegar de un puerto a otro hay que trazar un rumbo.
Dejar que el barco se dirija a donde le arrastren los vientos no parece una forma sensata de plantearse la navegacíon.
La marinería, además, aunque no esté al tanto de las intenciones del Capitán, una idea acerca de a donde se dirige el barco tiene que tener… no es normal que el marinero tenga que estar adivinando el puerto al que se dirige.
En España, los ciudadanos de a pié nos pasamos el día tratando de averiguar a donde va el barco en el que estamos. Y eso sucede porque lo que anuncia el Capitán en el desayuno, deja de ser verdad a la hora de la merienda… y a veces, y no exagero, no llega al aperitivo.
Pronto hará una semana que Zapatero anunció que a cuenta de la crisis, el gobierno tenía que tomar no se que medidas.
¿Saben ustedes en que ha quedado eso?
Lo digo porque agradeceré a cualquier lector que me pase la información de cómo van a quedar las pensiones, como – exactamente – se va a castigar a los funcionarios, en qué medida (me refiero a numero de millones) se van a disminuir las ayudas y a quién.
Porque de lo que anunció el doble de Mr Bean el miércoles pasado, tras una reunión del consejo de ministros donde debieron – previsiblemente – jugar al mus y tomarse unas cañas, dado que lo anunciado a bombo y platillo (en sede parlamentaria y por televisión) no ha producido efecto legal alguno, seguimos sin saber nada.
No me entra en la cabeza que un gobierno (en realidad exagero, del actual gobierno de España me espero cualquier cosa) se presente en el congreso anunciando unas medidas que suponen recortes económicos a tutiplén y luego saque la calculadora para ver como lo hace.
Convendrán conmigo que lo que cabe esperar es lo contrario, es decir, que cuando el presidente del consejo de ministros anuncie alguna medida, ya sepa exactamente cómo y cuando la va a poner en práctica, a quien va a afectar y el coste político y social que va a tener el tema…
Eso produciría el deseado efecto de que a los tres días el BOE nos explicase a los españoles cual va a ser nuestro futuro inmediato, información a la que tenemos el derecho a acceder por aquello de que en esto de la democracia, los que mandan somos nosotros y los políticos nuestros empleados.
A estas alturas nada se ha concretado… excepto lo que va a tener que pagar ZP (de nuestro bolsillo, claro está) a CCOO y UGT para que se estén quietecitos.
¡Aquí no hay quien viva!