Hace mucho tiempo, esto se vino abajo… se vino abajo así, sin más.
La gota que colmó el vaso fue – a decir de todos – la muerte de Calvo Sotelo, pero conviene recordar que en esos turbios días, crímenes como ese, se cometían a diario.
Quiero decir con esto que cuando se prendió la mecha ya se había derramado una cantidad de sangre considerable ante la mirada bobina de los españoles.
El de Calvo Sotelo podía haber sido un crimen más… y España habría seguido andando hacia la materialización de una República Socialista Soviética que era – y miente quien lo niegua - lo que deseaba para la Segunda República el Frente Popular.
Sucedió así porque la cuerda, sometida a una tensión adecuada, acaba partiéndose.
Es un principio físico.
No hace tanto, un bonaerense fue a su banco y no pudo sacar de él sus ahorros… Argentina, económicamente, se vino abajo.
Muchos argentinos, de pronto, tuvieron que renunciar a lujos tales como entrar en un bar y pedir una coca cola. España – sin ir más lejos - se llenó de arquitectos argentinos dispuestos a trabajar como porteros de finca.
Y pasó así… de pronto.
Un día de estos, inopinadamente, nos echarán de la zona euro.
Y nos quedaremos pasmados.
Y nuestro nivel de vida bajará, ahora sí, drásticamente.
Nadie querrá comprar nuestra deuda, la inversión huirá de España, nuestra moneda “post-euro” no valdrá nada, el precio del crudo subirá por efecto de la caída de nuestra divisa… aumentará el paro y usted y yo, las pasaremos canutas.
Es un futuro posible.
Así lo dice Forbes… y algunos mas que – a diferencia del cejipicudo – entienden de economía.
Pero nuestro Zetapé, jefe del Partido de los Saqueadores Onerosos de España (PSOE), mira para otro lado… con la vista perdida en el infinito azul de nuestro cielo, intenta sin éxito que la musa de las improvisaciones acertadas, le regale sus favores.
Y dejan pasar el tiempo, porque creen que, si cierran los ojos, la realidad dejará de existir.
Hay que echar a estos inútiles… y hay que hacerlo pronto.
Quizá, con otros al frente, esto mejore.
Lo que tengo clarísimo es que con este imbécil al timón, el futuro se escribe con trazo nítido. Nítido y doloroso.
La gota que colmó el vaso fue – a decir de todos – la muerte de Calvo Sotelo, pero conviene recordar que en esos turbios días, crímenes como ese, se cometían a diario.
Quiero decir con esto que cuando se prendió la mecha ya se había derramado una cantidad de sangre considerable ante la mirada bobina de los españoles.
El de Calvo Sotelo podía haber sido un crimen más… y España habría seguido andando hacia la materialización de una República Socialista Soviética que era – y miente quien lo niegua - lo que deseaba para la Segunda República el Frente Popular.
Sucedió así porque la cuerda, sometida a una tensión adecuada, acaba partiéndose.
Es un principio físico.
No hace tanto, un bonaerense fue a su banco y no pudo sacar de él sus ahorros… Argentina, económicamente, se vino abajo.
Muchos argentinos, de pronto, tuvieron que renunciar a lujos tales como entrar en un bar y pedir una coca cola. España – sin ir más lejos - se llenó de arquitectos argentinos dispuestos a trabajar como porteros de finca.
Y pasó así… de pronto.
Un día de estos, inopinadamente, nos echarán de la zona euro.
Y nos quedaremos pasmados.
Y nuestro nivel de vida bajará, ahora sí, drásticamente.
Nadie querrá comprar nuestra deuda, la inversión huirá de España, nuestra moneda “post-euro” no valdrá nada, el precio del crudo subirá por efecto de la caída de nuestra divisa… aumentará el paro y usted y yo, las pasaremos canutas.
Es un futuro posible.
Así lo dice Forbes… y algunos mas que – a diferencia del cejipicudo – entienden de economía.
Pero nuestro Zetapé, jefe del Partido de los Saqueadores Onerosos de España (PSOE), mira para otro lado… con la vista perdida en el infinito azul de nuestro cielo, intenta sin éxito que la musa de las improvisaciones acertadas, le regale sus favores.
Y dejan pasar el tiempo, porque creen que, si cierran los ojos, la realidad dejará de existir.
Hay que echar a estos inútiles… y hay que hacerlo pronto.
Quizá, con otros al frente, esto mejore.
Lo que tengo clarísimo es que con este imbécil al timón, el futuro se escribe con trazo nítido. Nítido y doloroso.