Me he levantado esta mañana oyendo por la radio la noticia de la muerte de Fidel Castro.
Fidel se sublevó para evitar que Cuba fuera "el burdel de América" (de los USA) y, a la postre, consiguió - después de echar de Cuba a cientos de miles de cubanos y asesinar a otros tantos (aún estamos faltos de inventario), que Cuba fuese el burdel de Europa.
Si bien la prostitución está perseguida en Cuba (como la homosexualidad), lo cierto es que no resulta difícil encontrar testimonios de turistas que viajaban a la isla para satisfacer sus instintos a un precio irrisorio. Cosas de la miseria.
Fidel, además, llenó durante años de "asesores" el cinturón africano. Anduvo "moviendo la caja de los ratones" en la Guerra Fría y recibió del Comunismo Soviético mas rancio toda clase de subvenciones y parabienes.
Como buen dictador de izquierdas muere multimillonario (el y su abundante familia) dejando tras de sí un país en ruinas que - lentamente - tendrá que ir superando en las próximas décadas la maldición de haber pertenecido a la empobrecedora órbita marxista.
Ahora, los que no quisieron guardar un minutito de silencio por la muerte de Rita Barberá, harán toda clase de aspavientos para manifestar su adhesión al criminal recién fallecido.
Que Dios le perdone el mal que hizo... yo sé de mucha gente que - lejos de su Patria - hoy brindará por la muerte del ultimo (esperemos) dictador comunista del planeta.