El hecho es que no nos han dado los juegos olímpicos.
¿Tenía Madrid la capacidad de montar semejante evento?.
Para mi no hay duda.
¿La Delegación hizo el ridículo?
Probablemente.
¿Pasó usted vergüenza ajena escuchando a Ana Botella?
Yo si.
Pero partir de aquí, se están diciendo una cantidad de tonterías que me tienen boquiabierto.
El rojerío está entusiasmado con el fracaso porque así el PP “no podrá apuntarse” la elección de la ciudad como sede olímpica… la izquierda, en España, como siempre, en contra de los intereses de España.
En el conflicto con Gibraltar, con los gibraltareños.
Ante el cáncer nacionalista, con el tumor.
Son los herederos del Conde Julian y el Obispo Oppas… unos héroes.
De tal manera que, como el COI a elegido a Tokio, Mariano Rajoy debe dar explicaciones.
Y debe dar explicaciones porque ha “engañado” a los españoles dándoles falsas esperanzas…
¿Estos tíos han perdido la cabeza?
Acusan a Mariano Rajoy de no hablar inglés cuando en sus filas hay una cantidad notable de cargos electos que no son capaces de hablar correctamente en español.
Dicen que no nos han dado las olimpiadas porque la delegación lo ha hecho mal.
Parece ser que la elección de ciudad olímpica depende de lo bien que hablen inglés los delegados… de modo que contratando a un galés para que hablase en nuestro nombre, le habrían dado la sede olímpica a Marinaleda. ¿no?
Y estas chorradas las dicen los que mientras la delegación del COI se paseaba por Madrid, montaban una huelga de transporte público… la izquierda siempre ayudando.
Dicho esto, yo, personalmente, me alegro de que en el 2020 Madrid no sea sede olímpica.
Pero las razones por las que me alegro son diferentes a las que esgrime nuestra zarrapastra.
Yo no quiero que Madrid sea sede olímpica porque estoy cansado de rascarme el bolsillo para construir mega instalaciones deportivas que no se usan. Estoy cansado de que se gasten mi pasta en chorradas cuando tenemos seis millones de parados y mi sueldo ha vuelto a niveles del 2005 (no así el coste de la vida).
Estoy – además – convencido de que, habida cuenta el personal que maneja los fondos públicos, si nos hubiesen concedido la sede olímpica, habríamos tenido que contemplar un nuevo saqueo de las arcas con esa excusa.
Cuando tengamos alguna universidad entre las ciento cincuenta mejores del mundo (que no tenemos ninguna) empezaré a pensar que nos sobra el dinero para estas estupideces.
Hasta entonces, menos deporte y mas riego cerebral.