Ha llegado a mis manos el informe policial sobre “supuestas practicas de corrupción” en el entorno de CiU.
No puedo decir que me haya sorprendido. A estas alturas, si me asegurasen que un político español estaba financiando la clonación de Walt Disney, lo creería a pié juntillas... tal es la opinión que tengo del nutrido grupo de inútiles y sinvergüenzas que nos gobiernan.
Pero lo de CiU no me sorprende porque era – desde hace ya mucho tiempo – vox populi.
Tampoco creo que lo descrito en el informe ponga de manifiesto una específica situación de corrupción que implica a un pequeño grupo de políticos... creo mas bien que describe algo que lleva muchos años siendo habitual en España. Mande quien mande.
A Arturito le han sacado el informe porque se ha puesto a decir tonterías y a amenazar con secesiones, pero me consta que muchos otros señores que deberían ingresar en la cárcel con carácter de urgencia, están calladitos para que no les salpique lo que ya parece ser un océano de corrupción.
Mientras la economía fue – aparentemente – bien, a nadie importaba que se practicasen estas extorsiones... es más, el extorsionado, con la esperanza o la certeza de obtener beneficios muy superiores a la “inversión” realizada, se prestaba gustoso a la extorsión.
Pero ahora, en las vacas flacas, cuando los beneficios previstos no se alcanzan, el extorsionado voluntario se revela.
El político de turno, siempre en el ámbito que le corresponde, ya sea concejal, alcalde o ministro, se ha dedicado a vender a plazos el poder que el pueblo le había confiado... y lo sigue haciendo.
¿Para qué?
Pues, entre otras cosas, para financiar a su partido... y de paso enriquecerse, porque cuando pasa el plato con el estofado, es muy difícil resistirse a migar pan.
¿Entrarán en la cárcel Modelo de Barcelona los señores descritos en el informe?
El hecho de que la descomunal fortuna de los Pujol-Ferrusola tenga un origen inexplicable ¿Producirá algún efecto en la Administración de Justicia?.
Yo creo que no.
Y va a ser que no porque la “separación de poderes” en España, simplemente, no existe.
No existe en las dictaduras tradicionales y en la democracia española... que no deja de ser, visto lo visto, una dictadura sucia, casposa y grasienta, en la que el "pueblo", al final, no tiene nada que hacer, porque diga lo que diga, haga lo que haga, vote a quien vote, va a ser estrepitosamente ignorado por sus políticos. (Y a las pruebas me remito).
Vivimos en una dictadura tragicómica: la dictadura del “caganet”.