Decir que en España no hay libertad de expresión es una estupidez.
No es que no haya libertad de expresión, es que hay demasiada.
Y digo que hay demasiada, porque en España se permite, al amparo de este derecho, vulnerar unos cuantos derechos más, entre ellos el del honor, el de no ser objeto de odio y fobias y el del respeto debido a las Instituciones.
Pablo Hasel, es uno de esos "pa ná" (que no sirven "pa ná") que ha encontrado su veta de oro en el odio, el escándalo y el insulto gratuito.
Como no sabe cantar, se ha apuntado a esa cosa que llaman "rap" y que - permítanme la opinión - tiene de música lo que yo de saltador de pértiga.
Con un trasfondo musical digno de una tribu bantú, el mentado tocapelotas se limita a escupir rimas ramplonas (y a veces ni eso), cargadas de odio y llamadas a la violencia física contra sus enemigos ideológicos.
Pablito Rivadulla (alias Pablo Hasel) es uno de esos niños mal de casa bien.
Su papá - Ignacio Rivadulla - es un empresario al que tuvieron que procesar por dejarle al club de futbol de Lérida un pufo de diez millones cuando terminó su presidencia... todo un ejemplo paterno.
De modo que este niñato se ha podido permitir el lujo de vivir del aire. Del aire que le dá papá, porque un disco de oro, que yo sepa, no ha recibido aún.
Y como toda esta caterva de inadaptados que no saben lo que es tener un trabajo, doblar el lomo o levantarse a las seis de la mañana, todo su mundo circula alrededor del marketing de su propia persona y de la explotación del odio de los muchos subnormales (y no me refiero a los discapacitados) que hay en España.
Como el niño no sabe lo que es un guantazo, se dedica a propinárselo a los demás.
Merece la pena recordar que dos de sus "nosecuantas" condenas son por agresión y amenazas, y que a la carcel vá no por decir esas cositas que rebuznan a coro sus seguidores, sino por reiterado comportamiento criminal.
Dicho esto, hay que dedicarle al defraudador e imputado por calumnias y denuncia falsa, el "señor" Echenique, un parrafito para recordarle que con la boquita cerrada está mas guapo, y que echar gasolina a los fuegos está feo.
Podemos - lo peor que le ha pasado a nuestra joven y débil democracia - está por la labor de "hacerse con la calle", entendiendo por ello ser los mafiosos que manejan el terror urbano.
Y eso no puede ser.
Pedro primero "el inútil" tiene que plantearse ya darle el boleto a este hijo de la revolución de la gasolina, porque que se aliente el terror desde el propio Gobierno es inasumible para un Estado "comme il faut", es decir, como Dios manda.
Y ya que estamos en ello, a ver si se ponen del lado del tendero con el escaparate destrozado o el ciudadano al que le han quemado la moto, en vez de repartir cerillas y gasolina.
Porque esto, aunque no lo crean, es muy fácil de solucionar.
Y tenemos los medios (no lo duden).
Lo que falta es la volundad.
La voluntad de sacar a España de ésta.
sábado, 20 de febrero de 2021
Terrorismo de Estado
miércoles, 17 de febrero de 2021
Cristales rotos
Son malos tiempos para ser un contenedor de basura, un cajero automático o un escaparate.
Especialmente si vives en una de esas zonas de España donde el vandalismo no se ataja de la forma tradicional que, dicho sea de paso, es la única que existe para atajarlo.
Pablito Hasel, ese saco de mierda con micrófono que salió huyendo de España cuando tenia que hacer frente a la primera de sus cuatro condenas, se encerró (muy valiente el muchacho) en el rectorado de la universidad de Lérida para tratar de evitar su detención "apelando a sagrado" como hacían los maleantes del medievo con las catedrales.
Sabía bien donde se metía porque las universidades públicas se han convertido en las pocilgas donde los "antifas" hozan a sus anchas con la complicidad, cuando no el apoyo, de sus profesores.
Lo que intentaba convertir a la Universidad en un templo de la razón, ha derivado en el basurero que acoge, porque no hay otra, a cualquier zumbado (terraplanista o no) dispuesto a prenderle fuego a un archivador o a tirar una mesa de despacho por unas escaleras.
No hay inadaptado, frustrado, inculto, inempleable, tarado hasta el corvejón, o eunuco que no se encuentre en su salsa rompiendo y quemando cosas con cualquier excusa.
El rectorado de la universidad ha quedado como un campo de batalla... vandalizado por los que consideran que la "libertad de expresión" es defender a un pobre bastardo que, a falta de cualquier otro mérito, se gana la vida escupiendo mierda, alimentando el odio de la chusma y agrediendo a la gente... pues no hay que olvidar que a este bicho - a dia de hoy - se le detiene entre otras cosas por dos agresiones, una a un testigo y otra a un periodista.
La CUP, ese movimiento que en cualquier país democrático sería perseguido por terrorismo, se ha puesto a la cabeza de su defensa llamando a su piara a la kale borroka que es, para estos niñatos mimados por la absurda y débil democracia española, la forma natural de expresarse.
Y ha sido en Cataluña.
Mi Cataluña, mi tierra natal, el lugar donde crecí, ese sitio donde - se supone - hay gente tenaz, trabajadora y con "seny" (sentido común).
Y a la vista de lo expresado y del resultado electoral, no cabe otra cosa que concluir que lo expuesto en el párrafo anterior es fruto de una acertada campaña de marketing, porque la realidad es que - como sociedad - cada vez hay menos por donde cogerla.
En la tierra del sentido común la CUP ha ganado cinco diputados y Ciudadanos ha perdido treinta.
Es cosa del sistema electoral y la abstención, dirá usted con mucha razón... pero los hechos son los hechos.
Los que votaron a Ciudadanos han cambiado el voto o se han quedado en casa, parte por culpa de Ciudadanos, parte por culpa del COVID-19, parte por culpa de la sensación de desánimo que invade a cualquiera que tenga dos neuronas y viva en lo que desde hace ya demasiado tiempo es "el oeste del rio Pecos".
El efecto "Illa" ha sido que el PSC ha ganado 44.000 votos - eso si - en sitios clave... pero 44.000 votos en un contexto de siete millones de votantes.
De nuevo, los zumbados de Catadisney, los ladrones confesos del "prucés", los multi-imputados del separatismo del 3%, van a gobernar en "la patria del meu cor".
Lo siento por la mucha buena gente que allí conozco.
A los demás: disfruten lo votado.
Especialmente si vives en una de esas zonas de España donde el vandalismo no se ataja de la forma tradicional que, dicho sea de paso, es la única que existe para atajarlo.
Pablito Hasel, ese saco de mierda con micrófono que salió huyendo de España cuando tenia que hacer frente a la primera de sus cuatro condenas, se encerró (muy valiente el muchacho) en el rectorado de la universidad de Lérida para tratar de evitar su detención "apelando a sagrado" como hacían los maleantes del medievo con las catedrales.
Sabía bien donde se metía porque las universidades públicas se han convertido en las pocilgas donde los "antifas" hozan a sus anchas con la complicidad, cuando no el apoyo, de sus profesores.
Lo que intentaba convertir a la Universidad en un templo de la razón, ha derivado en el basurero que acoge, porque no hay otra, a cualquier zumbado (terraplanista o no) dispuesto a prenderle fuego a un archivador o a tirar una mesa de despacho por unas escaleras.
No hay inadaptado, frustrado, inculto, inempleable, tarado hasta el corvejón, o eunuco que no se encuentre en su salsa rompiendo y quemando cosas con cualquier excusa.
El rectorado de la universidad ha quedado como un campo de batalla... vandalizado por los que consideran que la "libertad de expresión" es defender a un pobre bastardo que, a falta de cualquier otro mérito, se gana la vida escupiendo mierda, alimentando el odio de la chusma y agrediendo a la gente... pues no hay que olvidar que a este bicho - a dia de hoy - se le detiene entre otras cosas por dos agresiones, una a un testigo y otra a un periodista.
La CUP, ese movimiento que en cualquier país democrático sería perseguido por terrorismo, se ha puesto a la cabeza de su defensa llamando a su piara a la kale borroka que es, para estos niñatos mimados por la absurda y débil democracia española, la forma natural de expresarse.
Y ha sido en Cataluña.
Mi Cataluña, mi tierra natal, el lugar donde crecí, ese sitio donde - se supone - hay gente tenaz, trabajadora y con "seny" (sentido común).
Y a la vista de lo expresado y del resultado electoral, no cabe otra cosa que concluir que lo expuesto en el párrafo anterior es fruto de una acertada campaña de marketing, porque la realidad es que - como sociedad - cada vez hay menos por donde cogerla.
En la tierra del sentido común la CUP ha ganado cinco diputados y Ciudadanos ha perdido treinta.
Es cosa del sistema electoral y la abstención, dirá usted con mucha razón... pero los hechos son los hechos.
Los que votaron a Ciudadanos han cambiado el voto o se han quedado en casa, parte por culpa de Ciudadanos, parte por culpa del COVID-19, parte por culpa de la sensación de desánimo que invade a cualquiera que tenga dos neuronas y viva en lo que desde hace ya demasiado tiempo es "el oeste del rio Pecos".
El efecto "Illa" ha sido que el PSC ha ganado 44.000 votos - eso si - en sitios clave... pero 44.000 votos en un contexto de siete millones de votantes.
De nuevo, los zumbados de Catadisney, los ladrones confesos del "prucés", los multi-imputados del separatismo del 3%, van a gobernar en "la patria del meu cor".
Lo siento por la mucha buena gente que allí conozco.
A los demás: disfruten lo votado.
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