Ayer una juez de la AN, mandó a la trena a unos cuantos (y cuantas) golpistas (y golpistos)… y nuestra bien amada – aunque por ello no menos inculta – izquierda, empezó a rebuznar en varios idiomas y dialectos.
Los rebuznos y gruñidos (en función del compañero o compañera que los emite) se centran en dos ideas fuerza que – como todo en nuestra creativa izquierda – es una mentira grosera y deliberada.
La primera idea que desean transmitir a la pocilga es que en España, cuando un político o política en ejercicio vulnera el Código Penal, se convierte en “preso político”… por esa misma regla de tres y por un delito que seguramente también van a poder endosarle a los recién encarcelados, el señor Granados es – mire usted por donde – un preso político.
La segunda idea que pretenden difundir es que Mariano Rajoy ha tenido algo que ver en esto… lo cual es – cuando menos – arriesgado de aventurar, pues Mariano “el atrincherado” no sólo no ha hecho nada por meter a esta chusma en la cárcel sino que, hasta donde he podido observar, ha hecho todo lo posible por evitarlo.
Pero sucede que como para ser político de izquierdas y acceder al poder es suficiente con que te huelan a muerto los sobacos, las declaraciones de los líderes (y “líderas”) de la pocilga, van de gruñido a rebuzno y de rebuzno a gruñido.
Exigirle al señor Rajoy que “saque de la cárcel” a los sediciosos y sediciosas, señora Colau (y perdón por lo de señora), es atribuirle al objeto de sus críticas una capacidad de acción que – a todas luces - no tiene.
Sería preciso que alguien explicase a ciertas alcaldesas con sobrepeso como funciona una cosa que se llama “separación de poderes” y que en España (como en todas las democracias) se lleva regular, pero que en las dictaduras “malas” (esas que según mi amigo Aquilino “tienen buena prensa” y que – dicho sea de paso - son precisamente las que les gustan a estos gorilas), no existe.
Que los consellers estén encarcelados hay que agradecérselo al emigrante Puigdemont que, con su gallarda actitud, ha puesto sobre la mesa una figura que se denomina “riesgo de fuga” y, a otra cosa que se denomina “indicios firmes de delito” que es lo que – a pulso – han conseguido elaborar los encerrados.
Y dado que el delito del que hay “firmes indicios” es de muchos años de cárcel, lo suyo es que el Sr. Juez, decrete prisión sin fianza… es lo normal y se viene haciendo así desde hace mucho tiempo.
Nuestros ilustres cebaderos de piojos piensan – no obstante – que lo que han hecho con el Código Penal nuestros destacados “presos políticos”, no es delito… hay quien ha llegado – en trance supongo – a calificarlo de “reflexión política”… expresiones – todas ellas – que rezuman ignorancia y mala leche, que es con mucho, lo único que pueden aportar ciertos sacos de excrementos a nuestra política.
Cualquiera que sepa hacer la “o” con un canuto, puede acceder a estos razonamientos, pero – querido lector – quedaría usted asombrado al constatar cuantas buenas gentes ignoran lo que es un canuto (y cuantas otras piensan que es una cosa que se fuma).
De los periodistas (por llamarlos algo) hablaremos otro día.