Como dijo Mencken, "para cada problema complejo, existe una solución que es simple, elegante y equivocada".
No creo que el andaluz sea mas o menos tolerante a la corrupción que el catalán, el vasco o el inexistente madrileño (en Madrid todo el mundo viene de otro sitio).
En ESPAÑA hay una tolerancia enorme a la corrupción.
Sobre todo a la corrupción de izquierdas o nacionalista, ya que en ambos casos se produce una militancia, un activismo, que en la derecha (pancista y pragmática por definición), no se produce... y tanto en Andalucía como en Cataluña (por poner un ejemplo Norte-Sur) hay redes clientelares centradas en gastar el dinero público para contentar a los amiguetes, "enchufar" a familiares y personal afín a la causa y amenazar e intimidar al adversario.
En Andalucía la corrupción se disfraza de ayudas sociales y en Cataluña de apoyo a la lengua y cultura catalana… excusas para dilapidar dinero público y desviar fondos a bolsillos afines (“El dinero ni se crea ni se destruye, sólo cambia de bolsillo”).
Lo que sí tiene Andalucía que no tiene el resto de España es mucha gente y una economía deprimida producto de la subvención sistemática desarrollada en los últimos treinta años, ya que si percibes dinero por no trabajar, ¿para qué vas a trabajar?.
En Andalucía hay mucho dinero "que no es de nadie" que llega a mucha gente y – además - un componente de odio social (que no de clase) que se manifiesta en slogans tales como que el PP es el partido de los "señoritos".
Este odio presente pero inconfesable, se alimenta de cualquier slogan o argumento que tienda a ratificar la postura del votante.
Si miramos los casos de corrupción por su cuantía y por el origen del dinero (cantidad y tipo de dinero, publico o privado) todo lo robado en los casos de corrupción achacables al PP (la famosa trama Gurtel), Barcenas incluido, supone menos de un 10% de lo achacable - solamente - a lo que ya conocemos de los ERE,s fraudulentos y los casos de “Formación de parados”... y sin embargo, el machaque con Barcenas es continuo y de Griñan, Chavez, Zarrías y otros cientos de imputados en casos de fraude no se habla.
Algo parecido sucede en Cataluña.
¿Cuántos millones se han gastado en proyectos demenciales (“embajadas” por ejemplo) y en subvenciones vergonzosas a la “cultura y lengua catalana” que han servido para desviar fondos públicos (y privados) a amiguetes y correligionarios?.
Supongo que el descarado apoyo audiovisual de hasta tres cadenas de televisión estatal y unas cuantas más autonómicas a esta línea de desvío de atención hacia la derecha en un sitio y “España” en el otro, tiene bastante que ver… pero no deja de ser parte de un sistema creado para maquillar la realidad (que es lo que hace mayoritariamente la “prensa” en España) y aportar argumentos al que ya de por sí no está dispuesto a cambiar su voto.
También pesa el voto del miedo.
En Andalucía el PSOE ha aplicado el mismo formato de presión clientelar al PP y a Podemos… y le ha dado resultado, porque en Andalucía, quien garantiza la subvención sistemática e incontrolada es el tándem PSOE + IU… las demás formaciones políticas son melones por abrir.
Dicho de otro modo, en Andalucía hay una masa de ¿50 escaños? que nunca, jamás, bajo ningún concepto, cambiarán su voto y que - a lo sumo - como protesta, se abstendrán de votar.
El nacionalismo ("Espanya ens roba") se alimenta de un mecanismo similar, pero - por alguna extraña razón - relacionada sin duda con su naturaleza sentimental, pasa algo más desapercibida… y el dinero – además - llega a menos gente.
Los escaños que ha obtenido Podemos, en mi opinión, proceden de un voto sin movilizar (lo que llaman el voto “perroflauta”) y del tradicional votante de la agónica Izquierda Unida… con el apoyo de cierto número de ilusos que se han tragado eso de que estos bolivarianos de libro van a “limpiar España de la corrupción”.
Y el descalabro del PP se ha producido por la desafección de sus desilusionados votantes que, sintiéndose engañados por las políticas de ese “Gobierno Central” que dicta con mano de hierro el comportamiento de sus caciques autonómicos, han decidido o no ir a votar, votar en blanco o votar a Ciudadanos que – de momento – representa a una formación política “limpia”, dispuesta al cambio, pero no incluible entre los partidos “gamberros” o antisistema.
Se esfuerzan mucho los partidos políticos en llevar a las tertulias televisivas predicadores que defienden que los resultados andaluces “no son extrapolables”, pero sinceramente, yo creo que si lo son.
Y creo – además – que el bipolar PP de Mariano “manos-tijeras” está errando con ese discurso de “o me votáis a mí o el llegará diluvio”… porque – a la postre – y viendo como ha reaccionado ante temas como la política antiterrorista, los pulsos nacionalistas, la cuestión judicial (tasas incluidas) y el controvertido tema “pro-vida”, muchos de sus votantes están haciendo acopio de paraguas.
¿Cual es la solución?.
Yo no la veo, pero para cambiar este “status quo”, lo que si tengo claro, es que necesitaremos un detonante, un trauma que cambie radicalmente la mentalidad de esta generación y que deshaga – por ejemplo - el insostenible y desmembrador “Estado de las Autonomías”, que es lo que ampara e impulsa la desaforada corrupción que sufrimos en España, aportando - además - un plus de odio territorial.
Habrá que hacer otras cosas, pero si me pregunta por mi solución elegante, simple y probablemente equivocada, sólo le diré que pasa por aumentar el tamaño de los presidios y deshacer - completamente - las Taifas.
miércoles, 25 de marzo de 2015
jueves, 12 de marzo de 2015
Arcadi y otros nazis
No existe la vida que no merezca ser vivida.
Ese término, "lebensunwertes leben" ("vida que no merece ser vivida") fue acuñado por los nazis para justificar sus campañas de eugenesia y otras atrocidades.
En esta sociedad de monstruos que hemos creado, cautiva de un hedonismo enfermizo, el numero de personas que consideran legitimo deshacerse de un ser humano con síndrome de Down es aterrador. Y si el crimen se comete –además - en el útero materno, miel sobre hojuelas.
Un ser humano con síndrome de Down es una vida que – según parece – "no merece ser vivida".
Arrebatarle a Dios el derecho a decidir sobre la vida de tus iguales es algo que ha acompañado siempre a la humanidad… en todas las épocas, en todas las naciones, ha habido hombres que han querido hacer de Dios, decidir por Él, anteponer su monstruosa soberbia intelectual a lo que podríamos llamar – para que me entiendan algunos - los designios de la naturaleza.
Tal es la cosa que el respeto a la vida ajena es un parámetro que se usa para medir el grado de civilización de una sociedad. Cuando la vida de un hombre no vale nada, cuando se mata sin criterio, sin razón o por capricho, decimos que estamos ante una sociedad “atrasada” o sujeta a una dictadura atroz. ¿verdad?
Es más, ¿se puede arrebatar una vida en una sociedad civilizada?... indiscutiblemente si, pero para que un asesinato se convierta sólo en un homicidio se tienen que dar unas circunstancias muy concretas. Unas circunstancias que – mire usted por donde – pertenecen también al ámbito de la vida: la “defensa propia” o la “defensa de la vida ajena”.
Así, cuando se mata en medio de una batalla o en un tiroteo, a una persona que hace lo posible por arrebatarte la vida, no se está cometiendo un crimen… y del mismo modo, cuando un policía abate a un delincuente que pone en peligro la vida de personas inocentes, tampoco se está cometiendo un crimen.
Pero el que mata a un hombre indefenso – y más si es éste es inocente – es un asesino.
Por definición.
Debido a ello, la discusión – absurda y anticientífica – que suscitan las sucesivas leyes del aborto se centran en determinar (ya ve usted), en que momento “eso que se tritura” es un ser humano y – por lo tanto – se está cometiendo un crimen.
En mi opinión, vida por vida, nada diferencia al abortero que se deshace de un down, del Taliban que, cuchillo en mano, degüella a un periodista maniatado.
En ambos casos se mata a un inocente… pero si de inocencia estamos hablando, ¿Hay algo mas inocente que un nasciturus con síndrome de Down?
Hay quien aspira a una sociedad sin "subnormales"... yo aspiro a una sociedad sin nazis.
Ese término, "lebensunwertes leben" ("vida que no merece ser vivida") fue acuñado por los nazis para justificar sus campañas de eugenesia y otras atrocidades.
En esta sociedad de monstruos que hemos creado, cautiva de un hedonismo enfermizo, el numero de personas que consideran legitimo deshacerse de un ser humano con síndrome de Down es aterrador. Y si el crimen se comete –además - en el útero materno, miel sobre hojuelas.
Un ser humano con síndrome de Down es una vida que – según parece – "no merece ser vivida".
Arrebatarle a Dios el derecho a decidir sobre la vida de tus iguales es algo que ha acompañado siempre a la humanidad… en todas las épocas, en todas las naciones, ha habido hombres que han querido hacer de Dios, decidir por Él, anteponer su monstruosa soberbia intelectual a lo que podríamos llamar – para que me entiendan algunos - los designios de la naturaleza.
Tal es la cosa que el respeto a la vida ajena es un parámetro que se usa para medir el grado de civilización de una sociedad. Cuando la vida de un hombre no vale nada, cuando se mata sin criterio, sin razón o por capricho, decimos que estamos ante una sociedad “atrasada” o sujeta a una dictadura atroz. ¿verdad?
Es más, ¿se puede arrebatar una vida en una sociedad civilizada?... indiscutiblemente si, pero para que un asesinato se convierta sólo en un homicidio se tienen que dar unas circunstancias muy concretas. Unas circunstancias que – mire usted por donde – pertenecen también al ámbito de la vida: la “defensa propia” o la “defensa de la vida ajena”.
Así, cuando se mata en medio de una batalla o en un tiroteo, a una persona que hace lo posible por arrebatarte la vida, no se está cometiendo un crimen… y del mismo modo, cuando un policía abate a un delincuente que pone en peligro la vida de personas inocentes, tampoco se está cometiendo un crimen.
Pero el que mata a un hombre indefenso – y más si es éste es inocente – es un asesino.
Por definición.
Debido a ello, la discusión – absurda y anticientífica – que suscitan las sucesivas leyes del aborto se centran en determinar (ya ve usted), en que momento “eso que se tritura” es un ser humano y – por lo tanto – se está cometiendo un crimen.
En mi opinión, vida por vida, nada diferencia al abortero que se deshace de un down, del Taliban que, cuchillo en mano, degüella a un periodista maniatado.
En ambos casos se mata a un inocente… pero si de inocencia estamos hablando, ¿Hay algo mas inocente que un nasciturus con síndrome de Down?
Hay quien aspira a una sociedad sin "subnormales"... yo aspiro a una sociedad sin nazis.
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